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Educar para la cultura de la sostenibilidad es una plataforma de intercambio y cooperación entre estudiantes, profesorado y organizaciones de Galicia y República Dominicana, asociada a los proyectos de investigación en cooperación internacional "Cultura de la sostenibilidad y cooperación al desarrollo: realidades y perspectivas educativas en Galicia y Republica Dominicana" (2015-2016) y "Procesos y prácticas en la transición de una cultura de la sostenibilidad y la cooperación en Galicia y República Dominicana" (2017-2018).

 

Enmarcado en el concepto de "ciudadanía global", permite superar la práctica de la ciudadanía limitada al Estado-Nación, para enfocar esta idea con un horizonte planetario (Celorio, 2014), asumiendo que hay cuestiones y problemas que afectan a la humanidad y demandan de respuestas conjuntas, dialogadas y basadas en la cooperación.

 

Una de esas problemáticas es el deterioro ambiental al que estamos empujando a nuestro planeta, con las correspondientes consecuencias para la vida, tanto humana como de otros seres vivos. La construcción de una cultura de la sostenibilidad que aboga por la defensa del medio ambiente y la promoción de un modelo de vida alternativo, esta íntimamente ligada a la sensibilidad, actitudes y formación de la ciudadanía. Son agentes clave en esta transformación jóvenes y profesionales de la educación.

 

Por ello, nos planteamos el objetivo de conocer y analizar las claves de construcción de la cultura de la sostenibilidad ambiental y la cooperación entre el estudiantado y profesorado de Galicia y República Dominicana, con la finalidad de sustentar sobre este conocimiento procesos formativos y de transformación en los centros educativos de ambos territorios.

¿Quién somos?

Instituciones promotoras

Este proyecto lo impulsamos el Grupo de investigación SEPA de la Universidad de Santiago de Compostela (Galicia-España) y la Organización No Gubernamental de Desarrollo InteRed Galicia, financiado a cargo de la Dirección Xeral de Relacións Exteriores de la Xunta de Galicia.

Las personas integrantes de ambas entidades llevamos años colaborando en la promoción de procesos educativos dirigidos al fortalecimiento de una ciudadanía global que trabaje por un desarrollo con enfoque de derechos humanos y ambientales.

 

Conoce un poco más de nosotros clicando en el logo de la entidad.

centros educativos implicados

República Dominicana: Juan Pablo Duarte y Santo Cura de Ars en Santo Domingo; Enedina Puello Renville, en San Cristóbal y Felipe Pozo Linares, en Atodama.

Galicia: IES de Valga, en Valga; IES Plurilingüe Fontexería, en Muros; y IES Eduardo Pondal y La Salle en Santiago de Compostela.

Galicia: IES de Valga, en Valga; IES As Insuas, en Muros; IES Eduardo Pondal y Ramón Aller Ulloa, en Lalín.

República Dominicana: Juan Pablo Duarte y Santo Cura de Ars en Santo Domingo; Enedina Puello Renville, en San Cristóbal y Felipe Pozo Linares, en Atodama.

Galicia: IES de Valga, en Valga; IES Porto do Son en Porto do Son; e IES Eduardo Pondal, Divino Maestro y Xelmírez I en Santiago de Compostela.

nos acompañan...entidades amigas

En este proceso han colaborado con nosotros otras organizaciones con una importante trayectoria de trabajo en educación ambiental y educación para el desarrollo. El Centro Cultural Poveda y la ONG InteRed en República Dominicana, han sido un enlace clave a los centros educativos y agentes promotores de procesos de cooperación para el desarrollo. Os animamos a visitar su página web.

Así mismo, este proyecto ha contado con la colaboración del Ministerio de Educación de República Dominicana, favoreciendo el apoyo y acompañamiento necesarios a través de l@s profesionales de los diferentes Distritos Educativos.

 

Los procesos educativos en Galicia son acompañados por SEPA en Transición, una iniciativa del grupo de investigación SEPA que traslada la filosofía de las comunidades en transición al ámbito universitario. Entre sus líneas estratégicas está el desarrollo de acciones de educación y acción para la promoción de la cultura de la sostenibilidad, tanto de forma interna (en el propio grupo de investigación), como externa, colaborando con iniciativas como esta.

nos guían...nuestros fundamentos

Cultura de la sostenibilidad

Inmers@s en la cultura de la insostenibilidad, la definición de este concepto no es sencilla. Implica un trabajo de reflexión conjunta y diálogo, que nos permita cuestionar el mundo en que vivimos y definir cara dónde ir. Por ello no partimos de un concepto cerrado, lo (re)construímos con la participación de todas las personas implicadas, a lo largo de este proceso de investigación y acción educativa. 

 

 

El propio concepto de "cultura" tiene una amplia variedad de significados. Según la Real Academia Galega, puede definirse como el "conjunto de conocimientos, creencias y costumbres que caracterizan las sociedades humanas organizadas, particularmente las más avanzadas"; pero también nos encontramos con otra definición de la Real Academia Española, que la entiende como "conjunto de conocimientos que permiten a alguien desarrollar un juicio crítico". En ese cuestionamiento de nuestras realidades, el añadido "de la sostenibilidad" nos complica un poco la definición del binomio. La sostenibilidad se convirtió en un lugar común, presente al mismo tiempo en los argumentarios de empresas contaminantes y en las declaraciones de grupos ecologistas.

 

Hablar, por tanto, de la "cultura de la sostenibilidad" requiere, en primer lugar, decantarse por el tipo de sostenibilidad por el que apostamos. Nosotros lo tenemos claro de forma meridiana; nuestro conjunto de conocimientos, creencias en costumbres sostenibles hablan de educación cooperativa y crítica, integrando participación, comunidad, afecto y corresponsabilidad; hablan de alimentos locales, ecológicos y de temporada, cultivados dignamente por las agricultoras y agricultores que cuidan del territorio y su biodiversidad; hablan de transporte colectivo, de vivienda digna y urbanismo responsable y adaptado al territorio; hablan de reutilización y reducción de residuos; hablan de derecho a un aire limpio y sin ruido; hablan de energías renovables y producción descentralizada; hablan de equidad, de conciliación y de cuidados; hablan, en resumidas cuentas, de valorar lo que respeta y se adapta a la biosfera y sus ciclos, lo que contribuye a una vida digna y feliz de las comunidades.

Educación para el desarrollo...

                        cooperación cara una ciudadanía global

Partimos de la definición de InteRed que entiende la Educación para el Desarrollo y la ciudadanía Global como un proceso socio-educativo continuado que promueve una ciudadanía global crítica, responsable y comprometida, a nivel personal y colectivo, con la transformación de la realidad local y global para construir un mundo más justo, más equitativo y más respetuoso con la diversidad y con el medio ambiente, en el que todas las personas podamos desarrollarnos libre y satisfactoriamente.

“… es un proceso…” La idea de proceso indica que se trata de un trabajo permanente en el tiempo, a corto, medio y largo plazo. Con la idea de proceso se resalta también la importancia que tiene la práctica educativa liberadora como parte del aprendizaje.

 

“… socio-educativo…” Un ejercicio crítico de lectura de la realidad que nos lleva al compromiso social con la realidad misma que analizamos. En este ejercicio crítico de lectura y análisis de la realidad encaminado al compromiso con la misma, es en donde nos vamos haciendo personas responsables y responsabilizadas que, como solía repetir Ignacio Ellacuría, “se hacen cargo” de la realidad y que “cargan con ella”.

 

“… ciudadanía global crítica, responsable…” El término ciudadanía hace referencia a sujetos de derechos, con criterios de análisis crítico y constructivo; personas empoderadas, que entienden la solidaridad como corresponsabilidad. Vandana Shiva apuntaba en su libro Manifiesto para una democracia de la tierra: “todos somos miembros de la familia de la tierra y estamos interconectados a través de la frágil red de la vida del planeta”. Esto exige de todas y todos una conciencia planetaria en la que promover la vida y la sostenibilidad de la misma se convierta en un objetivo colectivo. La ciudadanía global implica el empoderamiento y la inclusión de todas las personas para una verdadera participación en la promoción de la justicia y la lucha contra la pobreza.

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